Bordeadas por montañas y acantilados, los más de 500 kilómetros de costa de Mallorca muestran el encanto mediterráneo de aguas turquesas que dan forma a 300 playas bajo un cielo azul casi perpetuo. Entre ellos se encuentra Son Serra de Marina, uno de los tesoros ocultos de la isla, intacto por el turismo de masas. Enmarcada por el Levante a un lado y la necrópolis de Son Real al otro, esta extensa playa de arena sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de Mallorca.
Alejada de los destinos vacacionales típicos, Son Serra de Marina es frecuentada principalmente por lugareños y algún visitante ocasional, lo que le ha valido el sobrenombre de «el último paraíso».
Si la playa de Son Serra es un tesoro para quienes buscan momentos idílicos con el mar, sus olas ocasionales son un tesoro para los surfistas. Las inquietas aguas del Canal de Menorca desatan el placer de éste y otros deportes acuáticos, como el windsurf. Cuando el mar está en calma, los kayaks zarpan. En tierra, los paseos a caballo y el senderismo conducen por tranquilos caminos entre pinares a lugares como la Colonia de Sant Pere, un antiguo pueblo de pescadores con un atractivo paseo marítimo.
Tanto si buscas una escapada romántica, unas vacaciones en familia o un retiro tranquilo, alquilar un chalet de vacaciones en Son Serra de Marina te garantiza una experiencia memorable y rejuvenecedora en medio del paraíso virgen de Mallorca.